Si nos concentráramos tan sólo en los datos relativos a las peculiaridades naturales, el río de la Magdalena no sería el principal de Colombia ni por su cuenca (aprox. 257.000 km2, más o menos el 24% de la superficie total del país), ni por su longitud (unos 1.540 km, menor a la de ríos como el Caquetá y el Putumayo), ni por su caudal (unos 7.000 m3/seg. en las Bocas de Ceniza, menor a varios afluentes del Amazonas). Pero su importancia es insoslayable en términos históricos y sociales: tanto el Magdalena como sus afluentes, en especial el Cauca -ver entrada siguiente- , ya fueron las vías de comunicación primordiales en el período precolombino. La sustentabilidad de la ciudad de Bogotá como capital del virreinato de Nueva Granada, su comunicación con el océano y desde ahí a España, la garantizaba la navegación por el Magdalena. En la Guerra de la Independencia, la mayor campaña militar del ejército de Bolívar se centró en el dominio del río.
Las novelas de Gabriel García Márquez, en especial 'El General en su Laberinto' y 'El Amor en los Tiempos del Cólera', muestran con claridad la importancia del río en la comunicación interregional de Colombia. Y todavía en la actualidad, en el escaso 24% de su cuenca vive el 80% de los 45.000.000 de colombianos y se produce el 85% de la riqueza del país.
El Magdalena nace en la Laguna de de Magdalena (foto), en los páramos del SO colombiano, a muy pocos km de distancia de su principal afluente, el Cauca. Pero los separa la Cordillera Central: mientras el Magdalena creó su valle entre dicha cordillera y la Oriental, el Cauca lo hizo entre ésta y la Occidental. Su curso superior se extiende a través del espacio que el río se fue generando, gracias a su erosión, entre los faldeos andinos.
Mucho más al N, el pueblo de Mompox, que todavía conserva sus características coloniales, marca el paso del río de la sierra a la llanura. Se forma ahí el mayor delta interior del mundo (ver entrada siguiente). El valle Inferior del Magdalena es el centro cultural de la región Costeña de Colombia, tierra del vallenato y de la cumbia, de los cultivos de azúcar y banana y de las novelas de García Márquez.
A principios del s. XIX fue construido el Canal del Dique, que permitió la salida por el puerto de Cartagena de Indias de los barcos que navegaban el río (para averiguar más al respecto, no hay mejor relato que el que aparece en la ya citada novela 'El Amor en los Tiempos del Cólera').
Aunque ya no son tan frecuentes como en las décadas anteriores (debido a la caza y a la contaminación de las aguas), todavía surcan el río algunos manatíes, una especie de delfines de aguas dulces.
Casi en la desembocadura (las Bocas de Ceniza), a unos 7 km, se halla el mayor puerto colombiano: Barranquilla. Y en las referidas Bocas de Ceniza se observa (foto inferior) cómo debieron construirse escolleras especiales para permitir la salida de los sedimentos hacia el mar. Se necesita un dragado permanente para permitir la entrada de barcos por allí; lo cual explica, nuevamente, la importancia histórica que tuvo la construcción del Canal del Dique, hace unos 200 años.
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