domingo, 9 de junio de 2013

Río Sao Francisco

     Se trata de un río de unos 2800 km de longitud, que nace en el estado brasileño de Minas Gerais y recorre el Sertao, la zona semidesértica del NE del Brasil también conocida como Caatinga. Su caudal medio -muy fluctuante entre épocas de lluvia y sequía a lo largo del año (comparar con el cuadro relativo al río Tocantins)- es de unos 3000 m3/seg., es decir, muy inferior a los mayores afluentes de la cuenca amazónica o aún al sistema Tocantins-Araguaia. Sin embargo, su importancia es fundamental para el desarrollo de las actividades productivas en las áreas que atraviesa.



     Nace en el SO de Minas Gerais, y recibe múltiples afluentes de ese estado (entre ellos al Río Das Velhas) e incluso alguno del Distrito Federal. Avanza al N, atravesando luego el O de Bahía. Luego su curso vira en dirección SE. Primero es frontera interestadual entre Bahía (capital: Salvador) y Pernambuco (capital: Recife), luego entre Alagoas (capital: Maceió) y Sergipe (capital: Aracajú), hasta desembocar en el Atlántico.

     El río Das velhas corre junto a los suburbios del E de Belo Horizonte (3ª ciudad más poblada de Brasil), y sufre las consecuencias de la contaminación propia de los sitios donde los desechos industriales y cloacales son vertidos sin tratamiento previo (ver entrada referente al río Cauca, al lago Maracaibo, etc.).



     La toma siguiente es de la zona cercana a las fuentes del Sao Francisco, en la Serra da Canastra. Se nota en la misma el relieve propio de la Meseta Brasileña, con el agua aprovechando para discurrir a través de una pequeña falla tectónica (al igual que los ríos y arroyos de la Meseta Misionera, y que los ríos en la Meseta Patagónica).


     Aunque no se trate ni por lejos de un río especialmente caudaloso o extenso para lo que es el Brasil (comparar con los de la cuenca Amazónica), sí es, en cambio, el más aludido en la cultura popular, el folclore y las canciones. Esto se debe en parte a su importancia para la población sertaneja, y al hecho de que estas regiones se hallan habitadas por portugueses, esclavos y mestizos desde principios del s. XVII.


     Ya lejos del Sertao, la desembocadura (foz en el portugués brasileño) en las cálidas aguas del Atlántico, en el límite entre Sergipe y Alagoas, nos muestra una de las tantas imágenes paradisíacas de la costa nordestina, con las clásicas lanchas para pasear tanto en el mar de aguas calmas, como hacia el interior.


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