De los muchísimos ríos que podrían ser incluidos en esta lista, algunos se destacan por su longitud, caudal y/o la superficie de sus respectivas cuencas. Yendo siempre en el sentido de la corriente del colector (de O a E, hasta llegar al Atlántico), es insoslayable la importancia del Tapajós y el Xingú. Ambos nacen en las serranías del Matto Grosso (el Tapajós en la sierra de Diamantino, con el nombre de Teles Pires; el Xingú algo más al E, en el Planalto) y siguen un curso S-N. En la imagen se aprecia la desembocadura del Tapajós, junto a la ciudad de Santarém. Lo particular es que forma un ancho estuario interior, que llega a los 12 km de orilla a orilla en la confluencia con el Amazonas (que no es tan ancho en esa zona), pero su profundidad promedio ahí es de sólo 40 cm, creando complicaciones para la navegación.
Esta hermosa imagen aérea de las playas del Tapajós podría confundir al observador respecto a que si no se tratara en realidad de la costa marítima. Lo curioso es que su fuente es una publicación local que se refiere a la seca -es decir, al poco caudal que tiene en esos momentos el río-, ya que corresponde a octubre, en medio de la época de pocas lluvias (de mayo a noviembre, aproximadamente). Cabría imaginarse cómo se vería esta misma toma con el río crecido...
Así como en el caso del Tapajós y la gran mayoría de los ríos nacidos en el Matto Grosso y que recorren la Llanura Amazónica, el Xingú también tiene múltiples cachoeiras que dificultan la navegabilidad, pero que brindan la oportunidad para la proyección de megacentrales hidroeléctricas. Tal el caso de la cachoeira de la foto, en donde el gobierno brasileño tiene previsto construir una represa que se convertiría en una de las tres mayores del mundo. Sin embargo, esta decisión cuenta con el fuerte rechazo de organizaciones ecologistas, debido al daño ambiental que provocaría (así como otras apenas menores previstas en el curso del Tapajós y del Madeira) y por la inundación de extensos territorios pertenecientes a pueblos indígenas, como los kaiapós (o kayapós).
A medida que las aguas avanzan al N, hacia el Amazonas, estas cachoeiras van siendo cada vez menores y más infrecuentes. En cambio, ya aparecen las clásicas características apreciables en la cuenca. Se destacan en la imagen los pequeños brazos o riachos que se multiplican a ambos lados del (o de los) curso principal (o principales).
lunes, 25 de marzo de 2013
domingo, 24 de marzo de 2013
Cuenca Amazónica VI: sub-cuenca del río Madeira
Con un caudal medio de aproximadamente 17.500 m3/seg. (llegando a cifras mayores a los 32.000 m3/seg. en registros correspondientes al mes de marzo de determinados años, como 1996 y 1997), el Madeira es superado sólo por el Negro en cuanto al caudal que le aporta al Amazonas. Se trata de su mayor afluente por la margen derecha, con una cuenca de 1.420.000 km2, repartidos entre Brasil, Bolivia y Perú. De hecho, es el colector de todos los ríos de la Amazonia boliviana, incluyendo algunos tan importantes como el Mamoré y el Beni.
La siguiente imagen es semejante a la de otros tantos sitios de la enorme cuenca amazónica: los clásicos barquitos para el transporte fluvial, que aún ahora siguen siendo la vía de comunicación fundamental para sus habitantes. Recién está en construcción el primer puente sobre el río, en Porto Velho (capital del estado de Rondonia), ciudad de casi 400.000 habitantes. Sería un paso fundamental para su conexión por carretera con Manaus.
Antes de llegar a Porto Velho, el río (si bien ya se halla en la Llanura Amazónica) debe sortear una serie de rápidos y pequeñas cascadas, llamadas cachoeiras por los brasileros. Esto se debe a que bajo la capa de sedimentos que forman la llanura se encuentran las rocas del macizo precámbrico de Brasilia, que a pesar de su antigüedad son muy difíciles de erosionar -debido a su dureza- por los ríos.
Si bien a Bolivia lo solemos imaginar como el país del Altiplano, el mayor porcentaje de su superficie corresponde a la llanura selvática del Amazonas (lo que ocurre es que dicha región está, como ya se ha expresado en otra entrada, casi deshabitada). Así podemos verlo al río Mamoré.
Por detrás de La Paz, y con 1.500.000 hab., Santa Cruz de la Sierra es la segunda ciudad de Bolivia. En esta fotografía aérea se ve al río que la bordea por el O y NO, afluente del Mamoré y por ello, subafluente del Madeira.
La siguiente imagen es semejante a la de otros tantos sitios de la enorme cuenca amazónica: los clásicos barquitos para el transporte fluvial, que aún ahora siguen siendo la vía de comunicación fundamental para sus habitantes. Recién está en construcción el primer puente sobre el río, en Porto Velho (capital del estado de Rondonia), ciudad de casi 400.000 habitantes. Sería un paso fundamental para su conexión por carretera con Manaus.
Antes de llegar a Porto Velho, el río (si bien ya se halla en la Llanura Amazónica) debe sortear una serie de rápidos y pequeñas cascadas, llamadas cachoeiras por los brasileros. Esto se debe a que bajo la capa de sedimentos que forman la llanura se encuentran las rocas del macizo precámbrico de Brasilia, que a pesar de su antigüedad son muy difíciles de erosionar -debido a su dureza- por los ríos.
Si bien a Bolivia lo solemos imaginar como el país del Altiplano, el mayor porcentaje de su superficie corresponde a la llanura selvática del Amazonas (lo que ocurre es que dicha región está, como ya se ha expresado en otra entrada, casi deshabitada). Así podemos verlo al río Mamoré.
Por detrás de La Paz, y con 1.500.000 hab., Santa Cruz de la Sierra es la segunda ciudad de Bolivia. En esta fotografía aérea se ve al río que la bordea por el O y NO, afluente del Mamoré y por ello, subafluente del Madeira.
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